martes, 1 de diciembre de 2009

Diario del muñeco, día 1


Los primeros cuatro soldados

Heridas, callos y ampollas empiezan a tomar forma en las manos desde hoy. Signos físicos que marcan el comienzo del... ¡muñeco! Así es, hoy empezamos por el fin, es decir, empezamos a desarmar lo que quedó del muñeco pasado, trabajo pesado, el más arduo que tenga que ver con esta sana costumbre platense.
No muy tarde, cuando el sol ya no pega tanto, nos pusimos a desensamblar la maraña de hierros oxidados, varillas de todas las medidas habidas y por haber, alambres viejos y viguetas completamente corroídas. En el mismo lugar de siempre, donde –ahora- el pasto alto y la poca lumbre del farol fueron el marco perfecto para que los mosquitos se deleitaran con nuestra sangre. Pero los cagamos, el Gusa trajo Off y terminó de completar el uniforme de los primeros cuatro soldados...
Martillazos que retumbaban en el aire, cortafierros que chocaban una y otra vez contra las estructuras, tenazas que cortaban sin parar el alambre oxidado que unía los hierros, soldaduras que no cedían fácilmente...
Seba, Lauri, Gusa y Marcos. Cuatro soldados, cuatro machos, cuatro verdaderos hombres empezamos por el principio.

- La puta que lo parió, este fierro de mierda...

Y sí, también las puteadas que no pueden faltar. ¡Y menos un momento como este! Este, este que es el comienzo del muñeco.

No hay comentarios:

Publicar un comentario